viernes, 6 de febrero de 2009

El caso Fedex

Martes 3 de Febrero. El Sol esta fuerte y denso en mitad del cielo. ME he despertado ansioso pues falta poco para el concurso y tengo el material listo. Llamo a Fedex para solicitar un envio puerta a puerta con destino Argentina, Buenos Aires para ser mas exactos. Ese dia estuve preso, mas que de costumbre, puesto que no pude hacer nada. Tal cual dijeron vinieron sin dar la hora, sin avisar, pero llegaron, recogieron el paquete y se lo llevaron. Por fin mis deseos y sueños estaban cerca de lelgar al destino, pero mas cerca estaba yo de darme un nuevo contrasuelazo, obviamente yo no estaba enterado de nada.

Miercoles 4 de Febrero, temprano en la mañana suena el telefono. Es un señorita de habla enredada que se identifica como personal de fedex, asesor, para ser mas exacto. Me dice que mi envio esta retenido pues excedio el peso y tengo que pagar mas si quiero que llegue a Buenos Aires. Me resulta inverosimil pensar que solo las hojas de papel puedan pesar un kilo, pero en fin, estoy atado de pies y manos. No me queda mas remedio que hacer el pago a la cuenta que ella me ha dado. Luego llamo y mando un mail, esperando que sea la ultima vez que sepa de ellos y mi paquete llegue lo mas pronto posible. Puesto que como es Sudamerica como ellos mismos te dicen llega de un dia para el otro. Mis esperanzas estan prendidas de que el envio llegue el jueves, puesto que el viernes es la fecha limite para la entrega. No pasa nada, me olvido del tema, trato de seguir con mi vida confiando en que al igual que ellos me presionaron para pagar mas. Presionaran para que mi paquete llegue a destino.

Viernes 5 de Febrero, el dia ha sido malo, no estoy de mi mejor animo, las pilas estan bajas. No es un buen dia en conclusion. He recordado que no he visto la pagina para saber como va mi paquete, puesto que tiene un dispositivo de rastreo que te dice en que parte se encuentra. Entro a internet y para mi sorpresa mi paquete esta bien pero en Chile y no en Argentina. Me exalto, me ofusco, llamo indignado a la compañia, me confundo con las fechas, la señorita que me atendi me llama mentiroso, me contengo, trato de respirar. Hablo sobre la importancia del envio, de mi concurso, a ella no le importa en lo mas minimo, le da igual, ella no concursa, ella es feliz con su conformismo. Yo sufro, mi paquete esta donde no debe estar y me dicen que llegara "talvez" el lunes. Que no saben la hora pero que ese dia llegara (cabe resaltar que llegara si en caso no pasa nada). Yo me pregunto muchas cosas, tengo demasiada rabia ¿Que paso con el servicio al cliente? ¿En que compañia tan mala me fui a meter? ¿Esa es la mejor solucion que me dan? ¿que paso con el limite de un dia? Talvez yo no concurse y mi paquete nunca llegue. Pero cuando se trata de reclamos, señores de Fedex, estos si llegan. Y llegan a cualquier destino en el tiempo justo.

Entre la paciencia, el desempleo, las selecciones, aptitudes e inconsistencia

El desempleo ha aumentado tambien aqui. Parece que la crisis mundial nos ha golpeado un poco mas de lo que ya estabamos. La distribucion ahora se podria decir que es asi: desempleados de mas de dos meses, desempleados recientes, empleados recientes, empleados permanentes.

Lo curioso es que no todos los empleados estan aptos para estarlo y no todos los desempleados califican en el perfil (y esto del perfil es realmente gracioso) del desempleado. Talento hay, el problema es el de siempre..."falta de oportunidades". Yo creo que muchas personas tienen un vendedor dentro y viven con el efecto "toca"...digo esto porque todo el mundo toca puertas para superarse (como antiguamente hacian los vendedores de productos, en este caso para vender). Muchas no abren seguido, otras no abren nunca. Un pais que se acostumbra a lo mismo de siempre, desunion e indiferencia y sobretodo clasificacion...¿Quien puede ser realmente impecable (para no decir perfecto) para hace una clasificacion? ¿Cabemos nosotros los peruanos en una clasificacion? ¿Como se hace un clasificacion justa si aun existen las recomendaciones? ¿Es justo todo esto? A mi me parece que es una forma estilizada de discrimiar. La discriminacion es la desunion disimulada. Un mal que envenena el alma de los que no lo superan ¿Como se siente la gente rechazada? ¿Que pasa por su cabeza? ¿Alguien lo ha pensado? ¿Alguien ha hecho algo? Nadie dice nada, pues a nadie le interesa.

Delegar clasificar o seleccionar personas a un psicologo es la solucion. ¿Acaso el psicologo es mas sabio que Dios para juzgar? ¿Acaso su vida es perfecta y color de rosa para diferenciarse de la de otros? ¿Quien es para catalogarse verdugo?

Creo que mas de uno ha pasado por las dinamicas de seleccion. Algunos quedaron, muchos no. La pregunta de todos es...¿Que tiene el o ella de diferente a mi? ¿Porque el y no yo? Lo peor de todo es que nunca se obtiene respuesta. Es un juzgamiento anomino y de lo mas cabron. Una crucifixion caleta, en la que tu no te enteras porque no quedaste y nunca lo sabras. Es cual discoteca, se reservan los derechos de admision. Y si esto no es racismo, pues que diablos es.

Lo peor de todo es que esta seleccion extensa y cansada es un robo disimulado al bolsillo mermado de los peruanos y de cualquier persona sobre la faz de la tierra que ande misia. ¿Cuantos pasajes gasta una persona que vive en Villa el Salvador para llegar a Miraflores? Muchas veces los hacen ir mas de una vez para despues decirles chau. ¿quien paga esos pasajes? ¿Alguien se ha puesto a pensar que muchas veces esa gente no tiene que comer? No que va, si a naide le importa, menos a los "encargados de la seleccion del personal". Mira que suena bonito el nombre y hasta parece importante. Pero de verdad tienen la preparacion estos tipos para decir "tu no" y "tu si". Resulta peor aun cuando tiempo despues ves a una persona que no da la talla en un puesto que parecia para ti. Pero entre esto del parecer y calzar hay otra historia mucho mas amplia.

Nadie nunca sabra que se necesita para ser "apto" y que te sobra para ser "no apto". Lo unico claro aqui es que vivimos en una sociedad clasista y adicta al catalogo. El problema es que nuestra realidad no nos da para vivir de esa manera. Mas realidad señores del poder, menos catalogo, no nos hagan perder el tiempo. Mientras ustedes le pagan el sueldo a unos alucinados para decirte si o no, muchos seguimos diciendonos ¡no! a poder comer.

martes, 9 de septiembre de 2008

diario de un suicida

14 de febrero...2008
Hay sol afuera, pero no tengo ganas de salir. Siento tinieblas dentro de mi. Hoy dia al parecer los depresivos no han hecho su trabajo. Me siento ansioso y a la vez preso. Quiero hacer muchas cosas pero a la vez no puedo hacer nada. Miro las pastillas, el frasco casi vacio, no podria ayudarme esta vez. He tratado de tomar pastillas tantas veces que soy mas predecible que mi seleccion de futbol cuando ataca por los costados. Siempre he terminado en el hospital con un lavado gastrico y vivo muy a mi pesar.

La emocion que he sentido cada una de las veces que he intentado irme son indescriptibles, pero mas dolorosas son las frustraciones que he sentido al verme tendido en la misma cama luego de haber sido salvado ¿Acaso nadie podra entender que no quiero vivir más? ¿Acaso nadie piensa en no oponerse a mi voluntad? Perdi el rumbo muchas veces tantas que ahora no me acuerdo si alguna vez lo tuve.

La persona que me cuida en el manicomio en el que me encuentro me mira con atencion. No debe entender en lo mas minimo por lo que puedo estar pasando. Debe estar mas preocupada por la alza de los viveres en este pais tercermundista. Dentro de toda su incomprension solo atina a decirme que debo ser un chico bueno. ¿Que sabe ella de chicos buenos? Yo fui un chico bueno y ahora estoy hecho mierda buscando una salida. Fui bueno con mamá sin embargo ella nunca dejo de compararme. Fui bueno con mi viejo pero igual se largo con su amante. No entiendo en que momento penso que su plata podria hacernos diferentes. La plata nos hizo mierda. Mi hermana es puta por falta de amor, pues no cree en los hombres. No la culpo, quien podria creer en los hombres despues de ser criada por puros locos. Mi hermano es drogadicto, sefue de la casa a los 17 con la firme promesa de no mirar atras, nunca mas volvio hasta el dia de hoy. Yo sin embargo trate de ser derecho, trate de ser un ejemplo ¿de que sirvio? Nunca estuve a la altura para la sociedad. Nunca fui el preferido de mi madre ¿Puede ser una madre la culpbale de un suicidio? Puede ser mi madre acusada de mi asesinato ¿Puede pagar sus culpas por no quererme?

Todos los dias sueño con lo mismo, visualizo una pistola, quisiera jugar a la ruleta rusa con ella y perder en el primer intento. Sueño con mi plan de escape que tengo dibujado debajo de mi cama. Hablo con mis amigos los oscuros esperando que vengan por mi, mientras trato de encontrar un punto fijo en medio de mi oscuridad.

- Es tiempo de su medicina joven Pablo. -Me dice Eugenia, mi celadora.
- ¿Cuando va a ser tiempo de partir?
- Ay joven, tiene que ponerle ganas. Mire que su mamá anda bien preocupada por usted, es el unico de sus hijos rescatable.
- ¿Mi madre preocupada?... Jaa, si ella es la creadora de sus monstruos, somos y seremos su creacion perfecta el resto de sus dias, incluso cuando este libres en medio del alba, al final del tunel.

¿Del vino tinto a la parrilla?

Hoy ha salido sol, lo cual es raro pues no debería ser época de sol aun, pero estamos en Perú donde lo más irreal puede pasar. Si nos cogemos de ese tren habría optimismo para pensar que mañana se puede repetir la historia del sábado. Incluso cabria pensar como dijo un periodista la madrugada del Lunes, que Dios andaba de viaje por Lima el sábado y por eso Perú gano su partido correspondiente a las eliminatorias. Entonces… ¿debemos orar todos para que Dios se quede hasta el jueves en Lima? ¿Debemos aceptar la realidad de que Venezuela no es Argentina? ¿Debemos entender mas aun que Arango no le llega ni al talón al gran Messi? ¿Ser pesimista sirve? ¿Soñar de algo ayuda? ¿El optimismo sirve con el 11 que tenemos? O mejor jugamos a ser realistas, tratamos de hablar de fútbol y hacemos lo mejor que se pueda. Pero hablar de fútbol es facilísimo aquí en Perú, ¿Quién no habla de fútbol? ¿Quién no sabe de fútbol? ¿Quién no se anima en hacer su propio 11? ¿Quién no piensa que es mejor en armar un 11 que Chemo? Y es que todos sabemos pensar, pues el peruano piensa, pero no se la cree. El peruano puede pero no llega, el peruano vale pero no se esfuerza sino que la caga. Lo digo yo que tomo antidepresivos para no meterme un tiro, pues no me soporto.

Ayer pase por un conocido centro comercial rumbo a casa de mi mejor amiga y había una cola enorme para comprar las entradas para el partido de mañana. La pregunta del millón es… ¿Cuantos piensan que Perú tiene chances? ¿Cuántos van para ver a la Argentina? ¿Cuántos quieren van a ver a Messi? ¿Cuántos de verdad ya firmaron la derrota antes de pisar el estadio? ¿Cuántos piensan que un empate es un milagro como anticipo a lo que pasa en Octubre en Lima (señor de los milagros)? ¿Cuántos de verdad creen? Yo hago la pregunta pues yo la verdad no creo y quisiera hacerlo, pero la sociedad se refleja en el fútbol y la falta de confianza se refleja en un país. Es el Perú de nosotros, el de las cabezas gachas, el que ve a Argentina como de otro planeta, inalcanzable, el que se compra la camiseta de otra selección, el que no canta su himno, esa es la realidad, por eso no creo. Mañana talvez pase un milagro antes de octubre, pero se tiene que creer, lo dice un no creyente. Esto es fútbol señores y en el fútbol al igual que el ajedrez se gana pensando, no solo con huevos, o con una camiseta. Los argentinos llámense Riquelme, Messi, Agüero, son de carne y hueso, son humanos, no son perfectos. Talvez la única diferencia esta en la confianza, en su confianza. Talvez mañana Perú pueda dar el batacazo, hacer millonarios a los que se la juegan por “la banda” en las apuestas que deben ir bastantes desfavorables.

Dicen que la tribuna es crucial, pero si hincha por los ches, no va a servir de nada. A veces cuando uno no cree necesita de alguien para que lo haga creer, necesita de un consejo sabio, de un cambio radical. El problema de Perú no es Messi, aunque todos los peruanos piensan en como marcarlo cuando el juego de Argentina pasa por Riquelme. El problema del Perú es el Perú mismo. Si mañana van al estadio, pues yo no voy a ir, aplaudan a esos 11, que mal por bien, es lo que hay. Canten el himno como si se fueran a ganar la tinka por cantarlo mas fuerte y hagan sentirle a los ches que no están en su chacra. El Perú puede tener todos los problemas que habidos y por haber, pero si hay algo que tiene que comenzar a aprender es que…LA CASA SE RESPETA. ARRIBA PERU CARAJO...

lunes, 25 de agosto de 2008

Los gallo

Esto en lo que me metí es algo muy difícil de entender. No fue por necesidad. Talvez fue la misma censura lo que me sedujo a entrar, cerrar la puerta con llave, pues ando huyendo y aún no puedo salir. Siento pena por Maria y por El gringo, no pudieron llegar tan lejos como llegué yo. Aquí tienes que correr rápido, pues los lentos son acabados, ultimados, reducidos, se terminan volviendo cenizas y perdiéndose con el aire.

Se han creado heridas en mi alma que han dejado marca, sin embargo no puedo dejar de recordarlas, pues la única manera de cambiar es no perder la memoria. La única forma de huir es seguir alerta. Aquí no hay cese, no hay final. Este túnel no tiene luz, solo puedo llevar conmigo mi congoja y la soledad que me acompaña desde hace ya 5 años, pues son 5 años los que voy huyendo. Sin descanso, sin mirar atrás, siempre sin mirar atrás.

Son las 5 de la tarde, estoy al norte de Lima, escondido en el límite de mi país con Ecuador. Hay playas, el sol es increíble y las chicas preciosas, el lugar esta lleno de turistas y se puede practicar la tabla, por lo que debería sentirme a gusto, sin embargo no puedo. No tengo libertad y los recuerdos de lo que deje abandonado en Lima son cada vez más claros, me reclaman mi falta de compromiso, el no haber peleado más de lo que lo hice. Me rendí muy rápido y me vendí muy barato. Ahora ando jodido, escapando de la policía, pero más aun escapando de “Los Gallo”.

El relatar esta historia será ahondar en mis demonios, tratar de justificar lo que hice y decirme a mi mismo… ¡Don’t worry Lu! ¡Everything is gonna be all right! Pero no puedo, pues mentirle a todos es fácil, pero mentirme para tratar de dormir cada noche es una travesía más difícil con el pasar de los días.

Esta historia talvez carecerá de argumentos, carecerá de protagonistas, pero no de sentimientos, no de perdidas, no de culpas. Yo ando muerto haciendo de vivo hace tiempo, ahora yo no soy yo y juego a ser muchas personas, la fuga no me ha hecho bien, las realidades menos aún. Extraño a Macarena más de lo que un día imagine hacerlo. Quisiera tenerla cerca para no volver a rechazarla, para dejar de jugar, para poder aferrarme a la vida y a ella una vez más.
Era junio, 21 para ser más exacto. El aeropuerto Jorge Chávez lucia tranquilo, típico día lunes en el cual nadie viaja. Mi vuelo hacia Miami estaba programado para las 11 de la noche. Todo estaba en orden y los 5 kilos en mi maleta. Había llegado a las 8 para hacer todo el papeleo ridículo que se acostumbra hacer en la capital. Actuaba muy bien, no era mi primera vez haciendo de burro, andaba metido desde hacia tiempo en el negocio. Me había prometido parar cuando esa cuerda floja por la que me columpiaba a diario buscando equilibrio se convirtiera en piso. Le había prometido amarla siempre y un día mas.

Los minutos cobraron vida dentro de mi reloj y junto con ellos traían un nerviosismo tonto que me volvía vulnerable. Me regalaban recuerdos que incomprendían mi rompecabezas roto, de una vida sin rumbo.

No me observaba nadie, pero me sentía observado, como si la inquisición hubiera venido por mí. Como si en mi cara se reflejara mi delito, desenvolviéndome en 24 cuadros por segundo. Migraciones estaba cerca y con ella el pasaje a la libertad de mi sentencia, ya estaba adentro, siempre estuve adentro, nunca quise salir del todo. Algo dentro de mí me decía que no iba a volver más.

La sonrisa fue cínica, el verso cortante y justo, sin mucho palabreo, sin cruzar miradas con el hombre de migraciones que pudieran delatarme más que mis miedos. Todo estaba en orden. Mi equipaje completo, mi vida vacía, los valores rotos, los sueños vendidos por la prisión que confundía con libertad, la cual había decidido vivir de puro gusto, pues nunca me arriesgue a ver mas allá, la vergüenza de los hechos, las promesas que estaba rompiendo y un grito de socorro queriendo que todo este acto se acabe.

El silencio cobro vida de pronto en un golpe seco, cambiando el miedo por realidad, la libertad por prisión, y así caí. Son pocas las cosas que recuerdo, en si solo recuerdo una muy clara…

- Señor Goicoechea, háganos el favor de acompañarnos.

No opte a preguntar porque. No reclame pues sabia que no había salida y solo miraba las puertas corredizas deseando hacerme aire para poder escapar. La pesadilla había empezado y con ella vendría la fuga. El único error fue fugarme hacia la prisión de mis pendientes, y las cuentas se pagan, y ellos no olvidan, no olvidan.

De mi tiempo en la cárcel no tengo muchos recuerdos, no estuve mucho tiempo, ya que tuve que hablar para salir, esa fue mi condena de muerte, la que hoy me persigue. No puedo olvidar que la vergüenza de mi padre también aporto económicamente, ya que un diplomático destacado, culto, honorable, no podía tener como hijo a un delincuente como yo, peor aun si pensaba postularse a un cargo de gobierno en las próximas elecciones. No lo culpe nunca, yo hubiera hecho lo mismo que él si hubiera estado en su lugar, yo no tenia un rumbo, mucho menos un sendero, una meta. Muchos juegan a la metáfora diciendo que todos estamos aquí en el mundo de paso, en mi caso no era un metáfora era la pura realidad, yo siempre anduve de paso.

Las paredes de la cárcel eran incoloras, o talvez debería decir que eran color sombra, era difícil definir un color exacto con todos los dibujos y escritos que estaban impregnados en ellas. Siempre las vi como un lienzo en el que los presos jugaban a pintar universos paralelos para escapar de sus culpas, pero sobre todo de su mente y su soledad.

Al salir de la cárcel pase por casa de mi padre para recoger lo ultimo que quedaba de mi ropa. Entre y salí sin despedirme como siempre sucedió luego de la muerte de mamá. Nunca estuve seguro si ella se había llevado consigo la razón de mi alma, había días en los cuales la extrañaba y había otros en los cuales la odiaba por haberse muerto. Pero quienes somos nosotros para manejar la muerte, somos títeres de la vida misma y nada más. No había tiempo para pensar de mas, había cambiado parte de mi libertad por una denuncia firmada contra ellos. “Los gallo” estaban tras de mi, esto no era un juego. Debía volar o morir. Era posible que para ese momento alguien ya me hubiera estado siguiendo. Se que la policía prometió seguridad para mi persona, pero cuando cumple la policía, si al final de todo también quiere encerrarme, también adorno sus paredes con mi mejor perfil de prófugo.

Después de salir de casa de mí padre pase por mi departamento para sacar lo que me quedaba de dinero. Agarre las llaves de mi auto y maneje rumbo hacia mi pesadilla.

Ando vencido desde que mi fuga empezó, me perdí en la noche que me visita con angustia todos los días pensando si será el último. Es difícil no mirar atrás cuando esta lo único puro que alguna vez tuviste. No me despedí de ella, y ahora solo me queda su vago recuerdo en mi mente, cada vez que despertábamos juntos con el alba. Cada vez que nos volvíamos uno al hacer el amor. Cada vez que me decía que las cosas iban a cambiar, que yo valía la pena. Su mirada de congoja pidiéndome un orden para mi vida. Un orden que no supe aplicar, un rumbo que perdí, así como la perdí a ella. Es raro percibir su perfume junto con el olor del mar por las mañanas. Un mar que no puedo tocar debido a mi encierro, para lo único que salgo es para huir hacia alguna otra parte. A veces me pregunto cuando terminare de huir, la respuesta parece ser la misma siempre…cuando no haya a donde mas moverme, cuando no haya mas terreno, cuando no haya hacia donde mas ir.

Mi relación con “los gallo” tiene como antigüedad los mismos años que cargo encima, es gracioso pero yo estoy dentro de ese gran grupo de personas que no tienen una familia modelo o dentro de lo convencional. El tipo de locura colectiva que en Lima abunda. “Los gallo” son mis primos. Debe sonar gracioso que mis propios primos hermanos, sangre de mi sangre le haya puesto precio a mi cabeza. Pero en los negocios de la familia Goicoechea no había corazón, solo valía mantener el negocio. Yo los vendí y esa ofensa se pagaba con sangre. Resulta divertido recordar las anécdotas de pequeños jugando juntos por los parques del viejo olivar. Hasta ahora no supe en que momento nos perdimos.

Karim y Amhed Goicoechea, fueron criados en los mejores círculos sociales, con todas las comodidades que uno se puede imaginar y con mucho amor, pero hasta los proyectos mas fiables tienden a fallar, esa es la historia de ellos, la historia de nosotros. Si bien es cierto yo no corrí la misma suerte, no podría quejarme pues no hubo una sola vez en que pasara tuviera necesidad. Aunque nunca me merecí nada, tuve las puertas abiertas a los mejores círculos desde un inicio.

A los 12 años ya dominábamos el barrio y el colegio, era increíble el poder de convencimiento que teníamos sobre los demás chicos. Todos querían ser como los primos Goicoechea. Las mejores familias, los mejores deportistas, los dos mejores cuadros familiares. Pura mierda, mierda que a los 16 cobro tono a su mentira, mi mama murió y mi tía saco las garras aprovechando que mi papa como siempre andaba de viaje. En manos de un abogado inescrupuloso y amante de mi tía vi como mi herencia, la plata de mi madre, se hacia humo, y con eso no solo se mancillaba su recuerdo, me dejaba a merced de la santa voluntad de mi padre, al que siempre quise, pero nunca estuvo.

Junto con la plata se esfumo el cariño, los rangos de mando también fueron modificados. La relación con mis primos se deterioro bastante, yo pensé que no me iban a dar la espalda pero al parecer fui muy iluso. Fue en medio de esa confusión y mis ausencias que decidí vivir como un parásito. Deseche la oferta de mi padre de irme a estudiar derecho a Estados Unidos, a cambio me fui de la casa lleno de rencores y tuve que improvisar para sobrevivir. Tenía todo, pues mi padre aun tenía mucho dinero, pero al parecer no quería nada, era como si estuviera dispuesto a tirar mi vida por la borda. Papá hizo el intento de localizarme, pero nunca lo hizo personalmente, talvez eso era lo que yo en el fondo de verdad quería. Ver que su cariño era de verdad y sincero. No hacer acto de presencia por terceros (chóferes, empleados, etc.).
Estuve viviendo un tiempo aquí, un tiempo allá, no tenia un lugar fijo. Vivía en casas de amigos, con el pasar de los días, cambiaba de casa como cambiaba mi forma de pensar. Pero nunca estuve para nada conforme, quería poder, quería ser el punto de atención. Pero a quien engañaba, si lo único que pedía a gritos era un poco de cariño. Hasta el día de hoy no he sabido que me llevo a tomar las decisiones erróneas que he tomado como hobbie en los últimos años. Talvez en el fondo de mi corazón quería venganza contra mi familia, talvez solo me deje llevar por mi rabia, talvez fue la soledad que me comió el cerebro o talvez fueron mis ausencias las que terminaron desquiciándome al punto en el que estoy ahora. Sentenciado y huyendo. Asustado y molesto. Solo y acompañado. Vivo o muerto.

Los escrúpulos se pierden fácilmente, sobretodo cuando tienes que sobrevivir. Yo tenía en ese tiempo casi 18 años, digo casi pues faltaban dos semanas para mi cumpleaños. No era nada maduro, a causa del estilo de vida que me había tocado vivir en los últimos casi dos años. Caer en las drogas no fue muy difícil. Las comencé consumiendo, de todo un poco para empezar, mis vicios eran mis fieles compañeros, ya que mi vida loca podía carecer de cariño pero no de emoción. El día de mi cumpleaños, lo recuerdo como si fuera ayer, no tuve mejor idea que regalarme mi condena. Macarena que en ese tiempo aun tenía esperanzas que cambiara había organizado una fiesta en una discoteca de miraflores por donde estaba viviendo en aquella época. Había invitado a diferentes amigos, de todos lados. Fue allí donde conocí al “gringo”. Lo había visto en la playa waikiki donde acostumbraba a correr tabla 4 veces a la semana religiosamente. Hasta el día de mi fiesta no habíamos intercambiado palabra alguna. El lazo entre nosotros fue facilitado por Maria, que era la mejor amiga de Macarena en ese tiempo y andaba saliendo con “el gringo”. Entrada la noche y con varias botellas de diferentes destilados encima, me propuso el negocio, casi sin darse cuenta. Es mas podría apostar el día de hoy que al siguiente día cuando me llamo no recordaba nada de lo que me había dicho. En medio de tanta coca y licor, es difícil no volarte los sesos y mantenerte pensante.

Me había dicho que había encontrado la forma de vivir con riesgo y como reyes. Me había dicho también que el poder era solo cuestión de tiempo. Que se ascendía rapidísimo. Que los lujos tocarían mi puerta para rellenar mi leyenda. En medio de toda la coca y el licor que rondaba mi cabeza le creí. Ahora él no esta, pues la ultima vez que lo vi tenia dos balazos en la cabeza y yacía muerto en el piso de la habitación de su hotel. Ahora yo huyo, no solo de la policía, no solo de los gallo, pero sobre todo también huyo de mi.

Comenzamos de dialers o distribuidores, no fue muy difícil dominar rápidamente las discotecas aledañas a las zonas donde vivíamos. Creo que lo más rescatable fue que deje de consumir, más que por convicción, por codicia. No se puede llevar un negocio si consumes tu mierda, un día te quemas el cerebro y terminas limpiando lunas o muerto como “el gringo” por chocar con algún cartel local. El negocio y nuestras cuentas iban viento en popa y junto con la expansión vinieron los reconocimientos, el poder, pero también aumentó el peligro, se avecinaron las sorpresas y mis demonios, lo cuales ya creía muertos, volvieron a la carga cuando mis primos aparecieron en escena.

Un día sin avisar, tocaron mi puerta, había terminado de hacer el amor con Macarena, pensé que era “el gringo” pero no era él. Era karim, mi primo hermano junto con dos gorilas (ya que el apelativo de moles les quedaba chico).

- ¿Como has estado primito? Veo que la vida te esta tratando mejor que hace unos años. Al parecer ya ni extrañas tu herencia que se perdió. – soltó a reír de manera cínica.
- No me puedo quejar Karim, pero la vida no me trata tan bien como a ti.
- Parece que el ambiente esta un poco denso Luciano. ¿Por qué no te relajas un toque? Mira que somos familia.
- Me voy a relajar cuando me digas a que viniste y porque es necesario el respaldo.
- Tranquilo Lu, ellos son amigos nada mas, totalmente inofensivos. Bueno iré al grano… he venido para proponerte un negocio.
- No estoy interesado graci…
- Piensa bien lo que vas a responder, hay mucha plata de por medio, encima hasta te puedes pasear un poco.
Había escuchado de los burros antes, pero no me había animado a investigar más sobre el tema. Siempre me había sentido tranquilo en mi zona, pero “el gringo” la estaba cagando, la adicción lo había vuelto mas estupido que de costumbre y para variar ya había cerrado un acuerdo con mis primos. Al parecer desde antes de aquel encuentro ya no había marcha atrás. Había sido metido en el plan sin consulta, pero sabia que no me iban a dejar ir, al final de todo yo no importaba si en caso me pasara algo por negarme, pero ella me hacia vulnerable. Era mi punto débil. La que me volvió mortal y mis primos lo tenían muy claro.

Quise matar al gringo cuando volví a un estado coherente y me paso el shock de saber el negocio en el que me estaba metiendo. Recuerdo la cara de Macarena en la sala de mi departamento, solo me miraba sin decir nada. Me miraba con rabia, con desesperación. No se si alguna vez los han mirado como si quisieran que reaccionaran y no pueden. Las miradas de impotencia de la gente son increíbles, son las que mas logran estremecerte.

Esa tarde fue la última vez que la vi, salio de mi casa sin pronunciar palabra alguna, no porque no quería hacerlo, sino porque no podía decir nada, mi vida parecía tener un tiempo limitado. Ella esa tarde termino de tirar la toalla por completo conmigo. Yo como siempre me resigne a quedarme solo, no llore, no maldije, fue mi propia condena, mi propia cruz, la carga con la que me moriría pronto, ya que en este mundo, en la realidad en la que yo estaba, la larga vida no le pertenecía a nadie. Nuestro mundo era el de los excesos y las vidas cortas. Yo al menos pude decidir dejar ir al amor de mi vida, o fue talvez ella la que me dejo ir, eso no importaba, la idea era salvarla, alejarla de la mierda. De la mierda en la que me había convertido yo.

El primer pase fue al mes siguiente. “Los gallo” nos hicieron todos nuestros papeleos, ustedes saben trabajo de narcos, las visas no fueron necesarias en mi caso, pues mi padre era diplomático y mi pasaporte también. Podía irme a donde fuera sin mayor problema. Estaba acostumbrado a viajar desde que tenía 7 años, con la diferencia que en mi niñez gozaba de una inocencia, una bondad y una familia que hoy no tengo.

Salimos de lima sin ningún incidente de por medio. En realidad he llegado a la conclusión que la primera vez pasas, pues es así como abres tu expediente. Llamémosle a esta fase…la observación. Para mi los policías sabían lo que estábamos sacando, sin embargo nunca se nos acercaron, nunca dijeron nada, tampoco supe si mis primos habían comprado a alguien dentro del aeropuerto. Una vez en el avión previo chequeo y sonrisas de por medio, lo mas difícil estaba por venir. Era muy diferente pasar la droga por el aeropuerto limeño que hacerlo en Miami. Es ahí donde los nervios muchas veces te juegan una mala pasada. La apariencia es fundamental, los gringos (estadounidenses) siempre te miran como bicho raro cuando pisas su país, el sinónimo de la superioridad que tienen en si mismos digno de risa. Más importante que la apariencia es la seguridad, la actuación es parte del negocio, no puedes dudar, cuando el tipo de migraciones en Miami o en donde sea, te mira de pies a cabeza no hay lugar a ponerse nervioso, no puedes sudar, no tartamudear. Ser claro y conciso es lo más eficiente, te libra de preguntas extras y malos ratos. Nunca corras, ni pierdas la calma. No solamente te vuelen los perros, los policías huelen tu miedo. Yo no tuve mayores problemas, creo que mi mayor problema fue “el gringo”, la adicción lo hacia muy vulnerable. Por suerte pudimos pasar sin mayor apremio el control migratorio.

Una vez fuera del aeropuerto con la droga en la maleta, teníamos la dirección exacta donde dejar el pase. Una vez concretado el pase las cosas eran simples. Recoger el pago, y mandarnos a mudar por ahí para que el viaje valiera la pena. Llegamos a un departamento en el mismo Miami Beach, con vista al mar, chicas lindas y plásticas, lujo por doquier. Entramos al departamento, preguntamos por Juan, salio a recibirnos su mujer. Una colombiana con enormes atributos plásticos y cara de actriz porno, respondía al nombre de Lucy, nos observo de pies a cabeza y luego de hacernos las preguntas de rigor, nos llevo hacia donde Juan estaba.

Juan se encontraba en una especie de estudio, parecía que era su lugar para hacer negocios y recibir las encomiendas. Daba la impresión de ser un tipo tranquilo, no tenía mucho lujo ni sortijas encima. Nos observo mientras Lucy nos presentaba, nos pidió su encargo sin decir palabra alguna, pues Lucy hablaba por él. Reviso la mercancía, probo su valor, una vez conforme se levantó de su silla giratoria, nos extendió la mano dándonos las gracias y nos invito un poco de coca. Nos dijo también que no acostumbraba hacer esto, pero teniendo en cuenta que sus socios (mis primos) habían mandado a su propio primo para dejar la mercancía segura, pues él no podía ser descortés, por lo que nos extendió una clase de espejo con mucha coca para disfrutar entre los dos. Yo hice el amago de consumir, pero no lo hice, andaba limpio desde que me volví dealer (distribuidor) y no pensaba perderme otra vez, ya era suficiente parásito como para querer terminar como mi compañero de viaje (el gringo) que anda mas fuera de orbita que dentro de si. Junto con su cortesía Lucy nos dirigió hacia un ambiente mas privado, era imposible mantener la calma y mi confianza en que saldríamos bien librados de esta, uno nunca sabe en quien confiar, si bien es cierto Juan parecía ser un buen tipo, la apariencia no lo hacia menos narcotraficante. Así como el hecho de que nosotros hallamos completado con éxito el pase, no nos hacia menos burriers, simples empleados, totalmente dispensables.

Una vez en el otro ambiente, Lucy nos presento a varias chicas. No fue necesario que nos diga o nos explique el porque nos las presentaba, antes de reaccionar del todo, tenia a dos de ellas peleando por ver quien le daba un mejor sexo oral a mi pene. La orgía fue buena, pero muy aparte del sexo, el cual disfrute perdiéndome entre vaginas y siliconas, me sentía vacío, el sudor corría por mi cuerpo mientras arremetía contra cada una de ellas a la vez, pero mi mente volaba hacia otro lugar. Me estaba mintiendo, talvez me había dado cuenta de la realidad de las cosas y había decidido dejar mi papel de malo, aceptar mis culpas, volver a empezar. ¿Era tan difícil salir de este mundo? Hoy casi 5 años después, talvez mas, talvez menos, me lo sigo preguntando… ¿Aún puedo salir?


Casi una semana después de sexo, orgías y vicios, regresamos a Lima. Llegamos al Jorge Chávez sin bombos ni platillos. Pensé que al llegar podría ir a mi departamento y descansar un poco o simplemente mirar televisión, pedir algo para comer y compartir un tiempo con mi soledad, pero me equivoque, había un carro esperando por nosotros a las puertas del aeropuerto. No preguntaron si queríamos subir, nos sugirieron que subamos a la fuerza aunque decentemente para evitar mayor revuelo con la gente alrededor. Los tipos eran los mismos que había visto con mi primo karim, el mayor de “Los gallo” el día que fue a verme al departamento.

No nos explicaron mas, en el fondo sabíamos hacia donde íbamos y para que nos venían a buscar. Media hora después estaba en casa de mi tía, la antigua casa del olivar, estaba igual como la última vez que la vi. Nunca supe más de mi tía, ni de mis primos hasta el día que había vuelto a ver a karim en mi departamento. Cuando estacionamos en la puerta de la casa, mis sentimientos crecían dentro de mí. Sentía repulsión, nostalgia, pena, rabia, no sabia que esperar, no sabia que decir, solo quería correr, solo quería despertar de mi pesadilla, que me robaba la cordura de a pocos y parecía divertirse con mi suicidio en cámara lenta.

No vi a mi tía cuando entre en la casa, según lo que mis primos dijeron andaba de viaje por Europa, de seguro con la plata que tomo de la herencia de mi madre. Es increíble la cantidad de recuerdos que tiene esta casa. No es mi casa, la casa donde yo nací y crecí, pero es en donde talvez pasaba mas tiempo en las tardes, pues de niños jugábamos todos los días, luego del colegio, ya que para las tareas siempre había tiempo después del juego.

Mis primos estaban sentados en plena sala, en unos sillones de cuero que reemplazaban a los viejos sillones de tipo virreinal que mi tía solía tener. La charla fue breve, solo preguntaron como estuvo el viaje y si Juan había mandado algún recado para ellos. Karim como siempre tan prepotente, me hizo saber que estaría en contacto conmigo para la próxima entrega. También deslizo la posibilidad de que algo pudiera pasarle a Macarena en caso yo decidiera tirarme para atrás con las otras entregas.

Antes de empezar altercado alguno con el imbécil de mi primo, al cual cada día odiaba mas, unos de sus gorilas que respondía al nombre de Paco, me escolto hacia la puerta, mientras pasaba por el corredor que sale de la sala hacia la puerta de la calle no pude evitar ver una fotografía de infancia. Éramos nosotros, mejor dicho lo que solíamos ser, las buenas relaciones, las sonrisas verdaderas de una de las mejores familias de la sociedad limeña, que pudo ser grande, sin embargo término siendo escoria. Esos niños se perdieron en el tiempo, las sonrisas se volvieron grises y los lazos familiares se drogaron tanto que terminaron explotándonos el cerebro con una realidad que no pudimos, ni podemos controlar.

Cuando llegue a mi departamento, la soledad era mi mejor amiga, era lo único que tenia, no había nadie más. Desde que Macarena se había ido, las paredes eran grises y mudas, yo me sumergí en la más triste de mis depresiones, andaba buscando la forma de desaparecer. Me había comprado una pistola para ayudarme a desaparecer. Pero no tenia el valor de jalar del gatillo, quería irme pero me animaba a emprender el viaje. Los días se pasaban lento como si la vida se burlara de mí. No supe de ella más, en el fondo sabia que lo nuestro no podía ser, y deseaba que encontrara a alguien que valiera la pena. Esperara que corriera el riesgo, no quería acercarme a ella para no complicar su olvido. Para no complicar el escape en el andaba pensando. Me había cansado de mi prisión sin rejas, de mí mismo. Sabía que no tenía el suficiente valor para suicidarme, así que opte por la opción más fácil, provocar mi muerte.

La mañana siguiente sonó el teléfono, pensé que era Karim, pero era mí otro primo Amhed.
- Alo, ¿Luciano?, soy yo Amhed. Me preocupas ¿estas bien?
- ¿Porque preguntas? Acaso tengo cara de necesitar ayuda.
- Ey Lu, relájate ok, yo no estoy en tu contra, yo nunca estuve de acuerdo con lo que mi mama hizo con la herencia de mi tía. Como tampoco estoy de acuerdo con que Karim te haya metido en nuestro negocio. Mi hermano no tiene escrúpulos y tu me preocupas, si te sales ahora yo arreglo todo para que te vayas, puedas estar tranquilo y empezar de nuevo.
- No puedo irme Amhed, mucho menos huir como tu dices. Tu hermano fue claro, yo no pienso arriesgarla.
- ¿Te refieres a Macarena?
- Si, de ella se trata, mi vulnerabilidad se huele a kilómetros.
- ¿Cómo crees que estas teniendo tu pasaporte a la libertad?
- De que mierda hablas. – Mi corazón estaba casi paralizado, miraba a mi primo a los ojos y no podía saber de que estaba hablándome, o talvez no quería creer en mi sospecha. No podía estar pasando, no podía ser que lo único puro sin mancha ya se haya ensuciado en mierda.
- Ella esta dispuesta a cambiarse por ti. Mira Lu, te lo voy a poner claro. Nosotros somos familia. Somos Goicoechea y tienes una ex novia que te quiere mucho. ¿Cómo me podría resistir a esa mirada de ángel?
- ¡¡Hijo de puta!! – la rabia me carcome- Si la tocas te mato.- grito mientras le doy la espalda en dirección al cajón donde guardo mi arma.
- ¡Baja el arma bonito!- me dice una voz gruesa que me acerca una automática por detrás de mi nuca en el justo momento en que apuntaba a la cabeza de mi primo.
- No puedes ser tan estúpido Luciano. Te estoy regalando la oportunidad de irte y dejar de ser nuestro burro. Pero al parecer a ti te causa más importancia la estúpida de tu noviecita. ¿Por qué no te haces un favor y desapareces?- me lo dice mientras su gorila (guardaespaldas) me quita el arma con la que le apuntaba, mientras el me mira y me ofrece una sonrisa de burla. – Dime Lu, ¿en que mundo tu vas a poder con nosotros? Piensa un poco.- es lo último que alcanzo a escuchar antes de ser golpeado en la parte posterior de mi nuca con la cacha de la pistola.

Desperté rato después, confundido, adolorido, pero mas que la cabeza me dolía el corazón. No creía lo que daba vueltas en mi cabeza. No podía pensar que ella se estuviera sacrificando por mí. Tome el teléfono y llame a Karim. Fui rápido y claro. Yo era su burro de por vida si querían, pero ellos tenían que dejar al margen a Macarena y nunca mas acercarse. Mi primo soltó una carcajada de victoria, me dijo que nunca había conocido una estupidez tal y que los sacrificios por terceros le parecían ridículos, pero si yo había decidido, no había como retroceder, estaba enredado con ellos hasta el cuello.

Mientras pensaba en mi sacrificio iba pensando en la venganza. Desconecte el celular para nunca mas volverlo a prender, sabia que me iba ella me iba a llamar, sabia que la soga que me había puesto en el cuello la atraería hacia mi. A cambio mis primos me dieron un nuevo teléfono, con un número que solo ellos sabían, hasta me dieron un número formal de empleado. 49. Ese era mi número, en el mundo de las drogas, las familias y los lazos de parentescos quedan atrás y lo único que parece importar es la mercancía. Por ella vives, por ella matas, por ella comes, por ella te viste y por ella duermes. Las entregas habían pasado a reemplazar a la soledad y los riesgos a acompañarme en el sueño.

Los pases y mi trabajo de burrier siguieron su curso normal en los siguientes meses, mientras yo trataba de llenar mi mundo imperfecto. En realidad pensaba que necesitaba espacio, había llegado un momento en el que la soledad y las drogas abarcaban ya me ahogan la realidad, no había vuelto a consumir por temor a ser peor de lo que ya era. Talvez lo único que me llenaba era el juego de ser diferentes personas a la vez. Tenía más de 10 pasaportes en mi haber, ser burrier implicaba transportar la droga y hacerla pasar como fuese. Ser burrier para unos narcos de la envergadura de mis primos implicaba ser miles personas y una sola al mismo tiempo. Al final de todo yo estaba en sus manos, como ellos estaban en las mías, aunque no en la misma proporción, pues el poder era de ellos, pero yo no tenia nada que perder.

Con el tiempo la particularidad de los envíos fueron cambiando, ya no era seguro pasarlos dentro de la maleta, por mas camuflados que estuvieran. Era mas estúpido aún pasarlos pegados al cuerpo, los perros te olían a distancias y no solo te esperaba la cárcel sino muchos buenos sustos en manos de esos animales salvajes. La nueva idea surgió de algún suicida, en general las personas que estamos metidos en esto, lo somos, estamos de paso, nadie tiene siquiera la remota idea de vivir mucho tiempo mas. La mayoría perdió el sentido, muchos la esperanza, algunos como yo andan perturbados y faltos de amor. Los gallo aplicaron la nueva idea lo mas rápido posible, al comienzo la remuneración fue muy buena, cada pase te remuneraba alrededor de 12 mil dólares. Los números con el tiempo junto con las crisis se vuelven crueles y en el momento en que se mezclan con la desesperación de la gente, derivan en abuso. Era un abuso que alguien arriesgara su vida por unos míseros 2 o 3 mil dólares. Comerte 10 años en la cárcel, o peor aún el exilio de una cárcel en otro país no tenía precio. En el negocio conocí mucha gente que lloraba la impotencia del engaño. Muchos piensan que esto es fácil, pero de fácil no tiene nada. La soledad en la que vivo hoy mientras escapo, ha visto caer a más de uno. Algunos en el destierro y el olvido de las cárceles. Otros yacen en el panteón de los lamentos y los sueños rotos, pues yo trato de darles entierro en mi cementerio imaginario, pues al ser esclavos, porque eso es lo que los burros (burriers) somos, no tienes derecho ni siquiera a morirte. La droga siempre es primera, segunda y tercera.

La primera vez que ingerí las cápsulas (por llamarlas así), tuve que meterme 80 cápsulas, que luego cagaria en algún inodoro del extranjero. Lo recuerdo como si fuera ayer, no porque fuera la iniciación, sino porque fue el día que mataron a Maria. ¡Si! Maria que era o fue, pues hoy debe haberse hecho aire en algún rincón de este mezquino planeta, la mejor amiga de Macarena. En hora buena que Macarena se quedo al margen de todo esto. Maria llevaba haciendo tantos viajes como yo y “el gringo”, con la diferencia que ella había empezado en esto del ingerir la droga hace un par de viajes atrás, incluso tenia una amiga llamada Claudia con la que siempre viajaba, ella llevaba la droga camuflada dentro de su vagina. Ese día Maria no se sentía bien, pero como dije antes, tú en este negocio te terminas perdiendo, si en caso no te pierden intencionalmente.

Así como Maria se fueron muchas, la única diferencia es que ella sentencio a Claudia y al gringo. En ese viaje nuestro destino era Miami nuevamente, esta vez la tranza era con una colombianos un poco hoscos, no eran de trato amable como solía ser Juan, aparte el ambiente estaba cargado pues el mayor de mis primitos se había acostado con la mujer del jefe principal de este cartel lo cual era un secreto a voces. Titi, así se llamaba el jefe de este cartel, conocido por su comportamiento hosco y despiadado, además de las infinidad de historias que giran entorno a él. Yo sobreviví a una y eso me basto para decidir mi posterior fuga. Cuando llegamos a Miami, los síntomas de Maria eran cada vez peores, parecía desfallecer en cualquier momento. Era inminente que una de las cápsulas, que en este caso eran de látex cual preservativos, se había roto. Sudaba y se tocaba la barriga, el susto que teníamos los demás nos estaba comiendo. Los controles migratorios se acercaban mientras avanzábamos por las mangas del avión hacia las ventanillas donde se encontraban los agentes, las miradas de las personas y tripulantes del avión mientras recorríamos la manga de conexión no se hacían indiferentes. No podía controlar mi miedo, lo cual antes no había causado problema alguno, mucho menos podía controlar sus miedos. El gringo volvió de su inconsciencia a una realidad que seria la ultima que viviera dentro de la cordura. Claudia era cada vez más obvia, por lo que tuve que decidir entre ella y nosotros. En realidad al principio la idea era sacrificar a los dos, tanto claudia como el gringo, eran una carga muy pesada de llevar. Maria no podía mas con su alma y por mi lado ya estaba comprobado esa estupidez que me hacia ayudar a los demás, incluso rifándome la libertad en ese momento, coqueteando con el exilio. Aceleré el paso aprovechando un descuido del gringo y los nervios de Claudia al ver morirse de a pocos a Maria. Maria y yo, o lo que aun quedaba de ella pasamos juntos el control migratorio, la guardia para nuestra suerte no fue minuciosa, por lo que no presto mucha atención a Maria, ya que tuve que improvisar diciéndole que Maria se sentía mal pues le aterraba volar, luego flirtie un poco con ella, luego de unas cuantas sonrisas, nos deseo buen viaje y nos dejo pasar. Nunca había rezado pero juro que ese día lo hice, era mas fácil que Maria se muriera en mis brazos, a que llegue a la puerta.

No voltié, desde que me hundí en este mundo, desde que deje todo lo que una vez tuve atrás. Esa vez no podía ser la excepción, no podía, hasta ahora no puedo hacerlo, no suelo retractarme, mucho menos retroceder. 5 minutos después cuando ya estábamos en el carro que el Titi había mandado a recogernos, apareció el gringo por otra de las puertas del aeropuerto. Preguntamos por Claudia, su silencio hablo por el, en la otra esquina apareció uno de los enviados trayendo las buenas nuevas. Claudia había sido arrestada, al parecer no había podido con su discurso, su actuación no le había favorito, el miedo había terminado por comérsela. Se había condenado al exilio. Nunca supe más de ella. Talvez en algún reclusorio aun me odio por separarme de ella en el aeropuerto. No podía evitar sentirme culpable, pero al menos Maria agonizaba, aunque la meta era que viviera. El silencio del gringo parecía castigar el que haya decidido dejarlo también. No podía dejar de contemplarlo, tratando de leer su mente perturbada, tanto o más que la mía. No sabía si había elegido bien, pero tenía que elegir. La droga lo iba a matar tarde o temprano, su adicción se lo devoraba por partes día a día. Talvez había decidido salvar a Maria, pues me dolía verlo matarse a diario con sus dosis. Talvez ella aun tenia una oportunidad. Talvez dejarlo era ponerle fin a su suicidio. El tiempo al día de hoy, mientras miro el mar por la rendija de mi ventana, en medio de mi exilio, me dice que una vez más me equivoque.

Siempre he dicho que no tenia corazón, pero ese este mismo el que hoy administra mis culpas, mis sentimientos y llora con mis recuerdos. De aquel día solo tengo recuerdos rojos y llantos. Cuando llegamos al departamento donde nos esperaba el cartel del Titi, todo debía haber sido diferente, sin embargo no lo fue. Titi iracundo no solo por la bajeza de mi primo para con su mujer, sino por la captura de Claudia con parte de la entrega, daba vueltas y vociferaba en medio de la sala. Los síntomas de Maria eran cada vez peor, parecía un trapo sin vida, un despojo a causa de la droga que daba vueltas en su estomago.
- Necesita un doctor, por favor, tienen que ayudarla.
- Oye puto, ¿tu eres estúpido o que?- gritaba Titi mientras sus demás subordinados se reían a carcajadas. Tenía miedo, no lo pienso negar, pero más era la lastima que sentía por la vida de Maria, quería que se salve.
- Por favor, de verdad necesita un doctor, esta muy mal- Volví a insistir sabiendo que me le estaba jugando. Ponía en una bandeja mi vida junto con su paciencia, no tenia la certeza si sabia de mi vinculo sanguíneo con los gallo, pero siempre tuve la certeza que mis primos andaban buscando quien me matara desde hace tiempo, pues aparentaba saber nada, pero sabia mucho. En ese momento apareció ella, era hermosa, con unos ojos verdes color esperanza, con la boca pintada color traición. Lo recuerdo como si fuera ayer. Llevaba puesto un vestido rojo, ceñido al cuerpo, era Paula, la mujer del Titi, la amante de mi primo Karim. Recuerdo que la primera vez que la vi en casa de mis primos, lucia más alcanzable, más sencilla, era todo un contraste el verla ahí.
- ¡Mátalos!, ¡mátalos a todos!- fue lo único que dijo, mirando fijamente al Titi, como si mientras lo miraba soltara su embrujo de a pocos hasta tenerlo en sus manos, a el y a todo su poder. El gringo me miraba con ganas de salir corriendo, yo trataba de transmitirle paz con mi mirada, el correr no solucionaría nada. No seria muy difícil que una bala le alcanzara la cabeza, pero el parecía decidido, parecía haber elegido su tiempo, su manera de partir.
- No te pases de pendejo gringo huevon que todavía no hemos terminado.- Le dijo uno de los subordinados del Titi mientras lo apuntaba directo a la cabeza. – Si te mueves no vas a llegar a la puerta gringuito.
- Déjennos ir, por favor. No hay necesidad de tanta violencia- imploraba el gringo que se había arrodillado en el mismo lugar donde estaba. Yo seguía sin pronunciar palabra. Todos parecían congelados en sus puestos, como una película en slow motion. El Titi miraba a su mujer, a su perra, yo me había desdoblado para huir y salvar mi alma de lo que parecía mi caída, la ultima parada. El gringo seguía con sus implores y Maria ya había entrado a los campos elíseos en busca de una paz que aquí en nuestra dimensión no encontraba.
- ¡Te dije que los mataras a todos! ¿Porque lo piensas tanto?- Paula volvió a la carga.
- ¿Incluso quieres que mate al primo de tu amante?- sentencio Titi mientras que evitaba mirarla, dejando que el odio se apoderaba de su cuerpo y tomaba posesión de él. Ella quiso acercar y besarlo, sabia del poder de embrujo que poseían sus labios de ángel, en cambio el la rechazo con la punta de su pistola apuntando a su cabeza. No la miro caer cuando disparo, se quedo helado como si hubiera perdido el alma, como si hubiera perdido la razón. El silencio y el asombro de todos nosotros fue sepulcral. El gringo aprovecho el descuido para salir corriendo, seria la última vez que viera con vida. Según lo que relatan sus asesinos, no llego a más de tres manzanas de la casa antes de caer. A Maria la mato el demonio que poseía a Titi, aunque de Maria solo quedaba su cuerpo pues su alma ya era libre en algún lugar lejos de aquí, también mando a abrirla en dos, pues quería su droga.
Cuando me apunto a la cabeza, sabía que no había mucha esperanza, en el fondo yo también quería la libertad. Al parecer su demonio de culpas venia por mi, venia a regalarme la libertad. Pero la pregunta era…. ¿me podré ir en paz sin tener venganza? Talvez estaba en mi destino ser el catalizador del Titi, su ángel vengador. Me miro fijamente a los ojos y bajo su arma, bajo la guardia y consigo la culpa.
- No voy a negar que quiero matarte, pero te necesito y algo en tu mirada me dice que tú también me necesitas. ¿Venganza? ¿Odias a tus primos no? Mira puto, yo te ofrezco una alianza, una estrategia, te doy mi palabra de cubrirte las espaldas, solo por sus cabezas. ¿Qué dices?
- ¿Qué sabes tu de odiar?
- No empieces a filosofar puto. Decide…. ¿Venganza o bala entre tus cejas?
Así comenzó la fuga, que no era fuga. Titi, llamo a mis primos para agradecerles la gran entrega y el gran trato que había cerrado, cuando ellos preguntaron por nosotros. El le dijo que las chicas le habían caído tan en gracia a sus tropas, que las había decidido adoptar de putas y que les había depositado una buena cantidad de dinero extra por ellas. En cuanto al gringo le dijo que lamentablemente la droga había terminado su trabajo de años con él, le había reventado la cabeza en una sobredosis y su corazón no había resistido más.
Tenia todo bajo control, yo sabia todo el plan y contaba las horas para venderlos al mejor postor, pues no solamente estaba el Titi, la policía, la de verdad, es decir la DEA y la INTERPOL estaban buscándolos por la expansión de su gran negocios, una serie de homicidios y la desaparición de muchos de sus burros.
Llegue a Lima triunfante, pero con el perfil bajo, sabia que tenia que estar preparado para no dejarme matar antes de venderlos. Ellos me había puesto precio, las sospechas siempre daban vueltas en sus cabezas. De mi interrogatorio de rigor dependía el que no me maten ellos antes de que yo los mande matar.
Llegue a la casa de mi tía en el viejo olivar. Siempre sentí demasiados sentimientos encontrados al atravesar cada rincón de esa casa. Esta vez mi tía estaba con ellos. Ella sabia de toda la mierda que se lavaba en su casa. Vieja puta. Siempre lo supo y nunca hizo nada por parar esta masacre basada solo en intereses. Nunca hizo nada para evitarme el castigo al cual me condeno. De ella no quería vengarme, ya bastante tendría viendo caer a sus dioses, a sus hijos convertidos en ídolos, los cuales ella veneraba de manera sumisa. Mi mejor venganza para con ella, era dejarla vacía. Como ella me dejo a mí.
- Lucianito, mi amor, ¿Por qué tan serio mi vida? Al final no me equivoque contigo, sabia que en algún momento sacarías tu casta de Goicoechea y le entrarías al negocio, lastima que no estés a la altura de tus primos, pero igual te quiero corazón, estoy orgullosa de ti. Los dejo para que conversen chicos - Voltea en dirección a mis primos dándoles un beso.
Como obtuve su convencimiento…. Es algo que yo tampoco logre comprender hasta ahora en el exilio, talvez la sangre si contaba de algún forma para ellos. Sabían que había sabia tantas cosas desde tanto tiempo y no los había vendido, que debía haber cambiado para venderlos en ese momento. Sabían que tenían en sus manos a la mujer que amaba. Pero no contaban con que ya me había cansado de salvar a todos y no salvarme yo. Ya no podía salvar a Macarena, ni a nadie mas, debía hacer lo correcto esta vez. Se había abierto la sucursal del cielo y el último tren estaba a punto de partir. Otra vez sin mirar atrás, decidí subirle sin mirar atrás.
Al siguiente mes me cogieron con la última entrega. Mejor dicho me deje coger. Los vendí sin remordimientos y mientras lo hacia, salvaba cada una de esas almas caídas que yacían dando vueltas en el limbo. Salvaba a cada uno de los niños que se pierden por culpa de esta mierda. Salvaba a cada uno de los desesperados que les vendieron su alma por un poco de dólares. Le regalaba su venganza al Titi. Me había convertido en el portal, de una salvación que solo yo buscaba, sin embargo esta me regalaba el don de salvar a los demás.

Ahora vivo en un escondite, sabiendo que en algún momento vendrán por mí, sabiendo que se me termino el tiempo. Vivo en paz, no me enorgullezco de lo que hice, quisiera volver y decirle a Macarena que la amo. Quisiera pedirle disculpas a Claudia por dejar caer. Quisiera despedirme del gringo y decirle que a pesar de todo le tenia mucha estima, que éramos partners como él decía. Quisiera decirle a Maria que lo intente, pero no pude. Quisiera tener una última oportunidad con papá. Quisiera poder coger de la mano a mi madre.
- knock, knock (es la puerta golpeada con fuerza), ya están aquí… ya es tiempo…tiempo de que esto termine…es tiempo de irme.

No se me hace facil

La cobardía de tu corazón no ha curado mi silencio,
Talvez no reemplazaste tu orgullo por mi amanecer,
No volteaste a mirar,
Tu indiferencia me termino destrozando,
Y el susurro del silencio me volvió loco,
A pesar de todo no se me hace fácil,
No están fácil desprenderme de tu recuerdo,
Sufro todos los días al recordar tu sombra,
Al buscar tú forma en la cama,
Cuando miro tu silueta en la cocina,
No me han avisado que esto se termina.

Quizá nunca hubo compromiso de tu parte,
Talvez hubo mucho del mismo por la mía,
Me quede sin ti y no me di cuenta,
Me quede sin mí pues me fui contigo,
Hoy soy un espectro sin ganas,
Un alma vacía,
Un ser amargo,
Un sol sin luna,
Días sin noches,
Y aunque se que no estoy bien,
No se me hace fácil,
No quiero cambiar,
Te quiero de vuelta,
Quiero irme para no volver,
Quiero empezar para no terminar,
No quiero dormir para no soñar,
Quiero olvidarte idolatrando tu recuerdo,
Tus modos, tus risas,
Tu respiración, tus poses,
Y aunque se que irradio en la locura,
No se me hace fácil,
No es nada fácil,
Sobre todo después de ti.

Mi condena

Ayer estuviste de nuevo en posesión de mí,
Riéndote y haciéndome risible ante los demás,
Y otra vez no pude controlarte,
Quiero matarte,
Quiero sacarte de mí,
Ando cansado de tus excesos,
De tus aventuras con final triste,
De que esperes un final feliz.

Te odio,
Y me odio a mi mismo por vivir contigo,
No tengo noción del tiempo,
De los lugares,
Del daño ya hecho,
Pido ayuda a gritos,
Y no se produce sonido alguno,
Me hundo en mí ser,
Y tú no me dejas ayudarme,
Tu vives feliz riéndote de mi,
Y yo vive condenado a una enfermedad ya anunciada,
Tu enfermedad me tiene maldito,
Y hace malditos a los que me rodean,
Tu enfermedad me quita la paciencia,
Me regala necedad,
Y mientras tú sigues y sigues tomando,
Yo me voy muriendo,
Me voy marchitando,
Y te sigo odiando,
Tanto como me odio a mí,
Cada día más,
Cada vez más,
Cada vez que dejo de ser yo para ser tu desastre,
Cada vez que cargo los vasos para asumir tú condena,
Para morirme un poco más,
Y rendirme a tu poder.